¿Quién no conoce a personas que alcanzan un alto grado de efectividad en sus propósitos de vida o profesionales? A menudo nos preguntamos cuál es su secreto, de dónde les viene tanta “suerte”. Existen una serie de hábitos que nos pueden ayudar a encaminarnos también nosotros hacia la consecución de nuestros objetivos y que FundAres Coaching Transpersonal integra en sus cursos como herramientas clave para conseguir el éxito personal o profesional.
Uno a uno los vamos a ir conociendo en sucesivos posts en este mismo blog pero, para empezar, conviene recordar los hábitos que el Dr. Stephen R. Covey, autoridad mundial en temas de liderazgo y desarrollo personal y reconocido como uno de los 25 americanos más influyentes por la revista Time, destacó como principales en su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva -La revolución ética en la vida cotidiana y en la empresa-“. Estos valores o principios éticos universales son, según Covey, el camino que cualquier persona o empresa debe adoptar para conseguir nuevos y mejores resultados.
La mayoría de las veces los hábitos que acumulamos con el paso del tiempo acaban resultando un freno en nuestra vida, nuestras relaciones o nuestras metas profesionales y nos impiden conseguir nuestros objetivos. Sin embargo, tenemos la capacidad de dar una respuesta diferente a situaciones que se repiten una y otra vez. Podemos modificar nuestros viejos paradigmas y nuestra visión del mundo y escoger aquellos valores que sí nos van a ser útiles.
- El hábito de la proactividad: ser proactivo significa asumir responsabilidades, es la capacidad de elegir nuestras respuestas a cualquier situación que se nos plantee. Somos los arquitectos de nuestro propio destino y el valor que asumimos es la libertad. Su opuesto es la reactividad donde nuestra respuesta es el resultado de las emociones incontroladas.
- El hábito de comenzar con un fin en mente: es la capacidad de dirigir nuestra vida con un propósito, una misión que guía nuestros pasos. La creación de la visión de lo que queremos permite que nuestras acciones estén dirigidas a lo que verdaderamente da sentido a nuestra vida.
- Poner primero lo primero: nos permite liberarnos de lo urgente para dedicar tiempo a actividades que verdaderamente dan sentido a nuestras vidas. Es la disciplina y el compromiso de llevar a cabo lo importante, la misión forjada en el hábito 2. Es el hábito de la administración personal.
- Ganar-ganar: Nos permite desarrollar una mentalidad de abundancia material y espiritual, donde hay mucho para compartir (conocimientos, ganancias,…) y en donde todo el mundo aporta al bien común. Implica madurez y el valor de la relación con los demás. Es el hábito del beneficio mutuo. Se opone a la idea de escasez, que implica que para que yo gane alguien tiene que perder. Tu seguridad debe venir de dentro, no de fuera.
- Buscar comprender primero y después ser comprendido: es el paradigma de la comunicación empática y del respeto hacia los demás. Entender antes de actuar, diagnosticar antes de prescribir. Escuchar atentamente, escucha consciente, no “solo hacer ver que escuchas”. Este hábito es la clave de las relaciones humanas efectivas y posibilita llegar a acuerdos ganar-ganar.
- Sinergizar: es el resultado de cultivar la habilidad y la actitud de valorar la diversidad. La síntesis de ideas divergentes produce ideas mejores y superiores a las ideas individuales. El logro del trabajo en equipo y la innovación son el resultado de este hábito. La cooperación creativa se basa en las diferencias, no en las semejanzas. Es el hábito de la interdependencia.
- Afilar la sierra: es la capacidad que todos tenemos para renovarnos física, mental y espiritualmente. El principio de la mejora constante, el progreso continuo. Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro SER, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles que desempeñamos en nuestras vidas. Es el hábito de la mejora continua y la renovación.
La adopción de nuevos hábitos en nuestras vidas nos permite cultivar todo nuestro potencial y permite relacionarnos, con nosotros mismos y con los demás, de una manera más eficaz.