La responsabilidad individual es el más alto valor que debemos desarrollar para generar productividad en personas, organizaciones y empresas. Lideres y responsables deben prestar la máxima atención y energía para potenciar el equilibrio del sentir, pensar ser y actuar de personas, equipo y organizaciones para la consecución de resultados sostenibles.
Pero si nuestro consciente nos dice que es más efectivo hacerse responsable, ¿por qué es tanto más frecuente hacerse víctima?
Comencemos por definir a nuestros actores: “la víctima” que se ve como el ente pasivo sobre el que actúan las fuerzas de la fatalidad y “el protagonista” que se ve como ente activo capaz de forjar su destino.
Tomemos un ejemplo de nuestro día a día: Recuerda alguna ocasión en la que alguien llegó tarde a una reunión. Si se le pregunta qué le sucedió, lo más posible es que responda algo así como “¡No puedes imaginarte el intenso tráfico que había! ¡Esta ciudad se está poniendo imposible!”.
¿Cuál es la variable explicativa?: “el tráfico”.
¿Quién tiene la culpa?: “la ciudad”.
¿Quién es el que debe cambiar de conducta para que la persona llegue a tiempo?: “los otros conductores que ocupan las calles”.
Esta explicación es “verdadera”; es cierto que si no hubiera habido tráfico la persona hubiese llegado a tiempo. Pero también es “irreal” ya que, a menos que los demás (sobre los que el individuo no tiene ninguna influencia) modifiquen su comportamiento, éste seguirá llegando tarde.
Así como el primer paso para un aprendizaje es la “declaración” de insatisfacción e ignorancia, el segundo paso es asunción de responsabilidad frente a las circunstancias No se trata de negar las condiciones externas que uno enfrenta, sino de enfocarse proactivamente en aquellos factores en los que se puede influir. Quien se imagina la vida como una partida de naipes, obviamente no puede elegir las cartas que le tocarán. Tal cosa queda al azar. Pero igualmente obvio es que uno es el que elige cómo jugar esa mano. Enfocarse en el reparto de cartas genera una sensación de impotencia; enfocarse en las decisiones del juego genera una sensación de poder. El precio del poder es la responsabilidad.
El cuento de la víctima y el protagonista son justamente eso: “cuentos”. Cualquier situación puede ser presentada desde ambos puntos de vista. La decisión más importante del ser humano es, tal vez, la de elegir cómo contar la historia de su vida. El libre albedrío no implica que el universo deba ajustarse a nuestros deseos. El libre albedrío es la posibilidad de la consciencia de tomar la realidad como una materia prima y crear una obra de arte vital, en vez de asumirla como una camisa de fuerza. No importan las circunstancias pues cada instante tiene su oportunidad.
En la mayor parte de las sesiones de coaching no importa si en el ámbito personal o profesional nos encontraremos con esta situación y deberemos tener potentes herramientas para ayudar a nuestro coachee a sentirse motivado y “responsable” para comenzar a revisar el sistema de creencias que le limitan, conllevan patrones de comportamiento de baja productividad y le impiden avanzar hacia sus objetivos tanto en lo personal como en lo profesional.
En Fundares Coaching & Business Transpersonal Institute (FBCTI) entendemos la generación de valor en personas y organizaciones para potenciar el equilibrio del sentir, pensar, ser y actuar. Nos hemos especializado en enseñar y proporcionar a nuestros clientes potentes herramientas de apoyo para mejorar la calidad de vida personal, empresarial y social para generar los resultados y objetivos que nuestros clientes desean. Ven a conocernos.