Cerca de 350 millones de personas de todo el mundo sufren depresión.
Los orígenes y los distintos grados de depresión son múltiples, están afectos por lo social, lo profesional, lo personal e incluso por la genética de cada individuo.
Técnicas para combatir la depresión
Independientemente de la farmacología asociada a los estados más severos, existen numerosas técnicas para poner remedio a este transtorno.
No obstante, disponemos de dos técnicas que actualmente cuentan con una base científica y rigurosa:
1.- Técnicas cognitivo-conductuales (TCC) basadas de forma introspectiva en centrarnos en los patrones de pensamiento y enseñar a nuestro coachee a reconocer y reformular el pensamiento y/o estado emocional problemático en el aquí y ahora.
2.- Técnicas de activación conductual (AC) que cada vez se están mostrando más eficaces y son de gran ayuda al profesional del coaching en su desempeño.
La activación conductual AC es una técnica extrospectiva con la que el profesional de coaching trabaja con su coachee para modificar las acciones y hábitos en mayor medida, incluso que los pensamientos. La idea es que los actos y los pensamientos están vinculados; siendo los actos “hechos observables” que pasaran a anteceder y activar nuevos pensamientos y emociones que, a su vez, alimentaran la sostenibilidad de los nuevos actos, es decir, reforzaran las nuevas conductas/hábitos.
Son muy interesantes los estudios que al respecto ha realizado David Richards, especialista en la universidad de Exeter.
Richards comenta: “Si por ejemplo, un coachee valora la naturaleza y la familia, el coach puede animarle a que pasee por el parque con sus nietos. Con ello mejorará la gratificación por relacionarse más con el mundo exterior, cosa que puede ser especialmente difícil para las personas con tendencia a la depresión y creará a su vez, una alternativa a “pasatiempos” más negativos, como darle vueltas a una pérdida”.
La AC existe desde hace décadas, y algunos de sus elementos forman parte de la TCC, pero nunca hasta ahora se había puesto a prueba, científicamente con la magnitud y el rigor necesarios para evaluar su potencia relativa como técnica autónoma.
El pasado mes de julio Richards publicó en The Lancet un estudio en colaboración con 18 investigadores adscritos a tres centros de salud mental británicos para comparar directamente la AC y la TCC. Aplicaron una de las dos técnicas, de 16 semanas de duración, a 440 pacientes con depresión y examinaron su progreso al cabo de 6,12, y 18 meses después de iniciar el proceso. El Equipo pudo comprobar que ambas AC y TCC resultaban igual de eficaces. Lo fascinante, del estudio, fue que al cabo de 12 meses, cerca de dos tercios de los pacientes de ambos grupos refirieron una reducción de por lo menos el 50% en sus síntomas.
¿Cómo ayuda el Coaching profesional a combatir la depresión?
Desde el coaching profesional es, por ello, imprescindible dotarse de las técnicas y habilidades para la aplicación en los respectivos procesos, de las técnicas AC y referir a una atención más especializada en caso de no obtener las mejores respuestas/ cambios.
La aplicación de las técnicas AC no tan solo debemos considerarla en ámbitos que rozan las áreas terapéuticas de profesionales del mundo sanitario. Tod@s los Coach experimentados saben de la dificultad existente, en el proceso de coaching, para alcanzar un cambio de hábitos que lleve a nuestro coachee a una acción sostenible, tanto en ámbitos personales como profesionales y, por ende, a la consecución de los objetivos que desea alcanzar.
Disponer de una buena formación base en las técnicas AC es imprescindible para el Coach Profesional, los Líderes – Directivos y Empresarios así como los responsables de las áreas de Gestión del Talento en el mundo empresarial, fuente registrada como la principal causa de origen de los estados depresivos.
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